lunes, 12 de abril de 2010

Nuestro instrumento: el canto

En nuestro interior hallamos un tesoro infinito, de una riqueza inconmensurable: su majestad, la voz.
A través de sus matices e intensidades podemos acceder a rincones nunca antes transitados, poblados de fuertes emociones. Mediante el canto comunicamos, decimos de otro modo, sentimos.
Pero, fundamentalmente, nos hallamos a nosotros mismos: nuestras penas, alegrías, nuestra esencia, el sentido de quiénes somos, que deseamos, qué queremos.
Cervantes dijo una vez que "quien canta, sus males espanta" y allí radica precisamente el efecto terapeútico del canto: cura el alma, las dolencias físicas se atemperan, nuestra psiquis se distiende, nuestros sueños se cumplen en esas líneas únicas, esas melodías bellísimas; somos libres en esos instantes.
Al cantar, nuestros músculos se activan, la columna vertebral se alinea, la capacidad pulmonar se acrecienta, oxigenamos los órganos, ejercitamos los abdominales, nos hacemos conscientes de nuestro organismo como un todo integral.



Mariana Bartís
Docente en técnica vocal.
Clases personalizadas, individuales y dúos.
maribartis@gmail.com
(011)4775-4298



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