lunes, 12 de abril de 2010

Cada voz es única

Generalmente ocurre que al escuchar una canción que nos gusta mucho, solemos intentar copiar la voz de quien la canta, tratando de llegar a la misma tonalidad y nos sentimos frustados si no lo conseguimos.
"¿Por qué no puedo llegar a este agudo?", "me tira la garganta", "a veces puedo y a veces no", "quiero cantar como..."; son algunos pensamientos o comentarios que suelen atravesar nuestra mente.

Me parece imprescindible sostener que la imitación es quizás el mayor error en que podemos incurrir cuando se trata de la música y el arte del canto.
Ninguna voz es igual a otra, como no existirán nunca dos seres idénticos. Cada voz está teñida de nuestras vivencias, nuestro sentir nuestra identidad; está imbuida de la subjetividad de cada ser, único e irrepetible.
Es inútil intentar copiar, imitar las voces de otros cantantes, pues justamente, y allí radica la clave de la cuestión, son otros, con sus devenires, sus historias y, obviamente, su manejo vocal, su caudal, su registro ( por lo cual podemos lastimarnos las cuerdas vocales, debido a las diferencias de tesituras).
La magia del canto radica en hacer de una canción ya conocida, una nueva canción; habitar mediante la voz nuevos espacios, NUESTROS ESPACIOS. Esa es la base de la interpretación, de la expresividad, del estilo.
Tomen un tango por ejemplo "Los mareados"; en una parte dice "esta noche beberemos porque ya no volveremos a vernos más" ¿qué expresa? ¿qué nos trasmite? una despedida, un adiós, el desconsuelo de no verse nunca más, el último trago, la última dicha compartida.
¿Cómo decirlo con la voz de un modo único, nuestro, propio, sin decir lo que tantos dicen?
Allí radicará entonces nuestra identidad vocal; quizás la voz se esconda, se quiebre, mostrando la tristeza; o se escape una risa breve, delatando la ironía de la vida...
Quién sabe...tantos espacios pueden recorrerse tan sólo con 2 cuerdas vocales... Sólo es cuestión de animarse a reencontrarse en esa búsqueda.


2 cuerdas....y un mundo...Singular y único...

Nuestro instrumento: el canto

En nuestro interior hallamos un tesoro infinito, de una riqueza inconmensurable: su majestad, la voz.
A través de sus matices e intensidades podemos acceder a rincones nunca antes transitados, poblados de fuertes emociones. Mediante el canto comunicamos, decimos de otro modo, sentimos.
Pero, fundamentalmente, nos hallamos a nosotros mismos: nuestras penas, alegrías, nuestra esencia, el sentido de quiénes somos, que deseamos, qué queremos.
Cervantes dijo una vez que "quien canta, sus males espanta" y allí radica precisamente el efecto terapeútico del canto: cura el alma, las dolencias físicas se atemperan, nuestra psiquis se distiende, nuestros sueños se cumplen en esas líneas únicas, esas melodías bellísimas; somos libres en esos instantes.
Al cantar, nuestros músculos se activan, la columna vertebral se alinea, la capacidad pulmonar se acrecienta, oxigenamos los órganos, ejercitamos los abdominales, nos hacemos conscientes de nuestro organismo como un todo integral.



Mariana Bartís
Docente en técnica vocal.
Clases personalizadas, individuales y dúos.
maribartis@gmail.com
(011)4775-4298